miércoles, 6 de febrero de 2013

Te amo

Andrea Solis Salazar


−Te amo

Al pronunciar aquella frase que tantas veces en nuestra relación había dicho, intente hacer uso de todos lo recursos no verbales para que la tomaras como verdadera; no deseaba pusieras en duda tales palabras, quería que esta vez las consideraras reales. Era sencillo engañarte a pesar de que en estos dos años de noviazgo jamás me había interesado en lo más mínimo conocerte a fondo. Sabía que tu idea del amor la formaste con base en doramas, anime y películas cursis, así que sólo bastaba mirarte como si fueras la creatura más maravillosa sobre la Tierra y abrazarte como si intentara protegerte de toda la maldad del mundo, para con ello lograr que tus dudas, si no cedían, cuando menos se mitigaran.

Hoy debías creer que te amaba, era necesario que lo hicieras para poder así evitar los estúpidos comentarios que en torno a mi sexualidad se habían desatado entre mis amigos en los últimos meses, − ¿Qué la monja de tu novia te mangonea?, ¿Qué tus ex novias te cambiaron por otro wey porqué tú no sabías cogerlas?, ¿Qué tu novia no quiere ni un pinche faje contigo?, ¿Qué eres mandilón de primera?...−

Volví a decirte aquella frase tan carente de significado para mí, te bese estratégicamente en aquellos lugares que conocía te excitaban, trate de meterte la mano por la parte de atrás tu pantalón, pero tú me la retiraste enojada casi de inmediato, ante este gesto me mostré molesto, tú me miraste y dijiste:

−Ya te dije que nada de propasarse, debemos esperar

− ¿Por qué esperar si ambos nos amamos?

Te bese en los labios y éstos fueron recorriendo tu piel hasta donde tu blusa, incapaz de parárselo a cualquier hombre por no tener casi de escolte, me permitió…

Exhalaste un gemido de placer, lo había conseguido, al fin estabas caliente…

Pagué la cuenta para una habitación de hotel (era lo menos que podía hacer ya que no planeaba volver a verte después de tener relaciones sexuales contigo), me encamine hacia donde estabas tú, te observé sentada en una banca cercana, tu cabello caía suelto sobre tu rostro, lucías meditativa, tus labios murmuraban algo sólo audible para ti; entonces comprendí que estabas luchando contra tus dudas, contra tus principios y valores… Luchabas contigo misma para entregarte a mí con todo el amor que dentro de tu alma llevabas…

Me acerqué a ti y tus ojos se cruzaron con los míos, estabas al borde del llanto pero lo contenías…

Tomé tus manos que estaban realmente heladas, la calentura se te había pasado

−Vete− te dije mientras te soltaba

Tú me miraste llena de dudas, yo sólo sonreí

−Te amo− dije antes de besar tu frente con ternura.





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