miércoles, 20 de febrero de 2013

PEZ, PEZ

En aquel lugar el clima era bueno, buen sol, buena noche y buena lluvia. En aquel lugar era todo verde; y de muchos colores, había flores, árboles y muchos animales. En aquel lugar había también un lago: transparente y limpio. Al parecer, Pez vivía en aquel lugar con su madre, padre y hermanos. Al parecer les gustaba vivir ahí.

   Pero en varias ocasiones, los hombres (que eran pescadores) llegaban con sus cañas de pescar y, como estaban hambrientos, se llevaban todos los peces que en el río encontraban. Pez y su familia se escabullían para esconderse en su casa o detrás de algún alga marina, o detrás, tal vez, del caparazón de una enorme tortuga. Aparentemente.

   Hasta entonces, todo eso había resultado. Pero una noche, mientras dormían, Pez (quien era el más pequeño), se fue alejando sin darse cuenta porque la corriente del amanecer lo fue arrastrando poco a poco hasta llevarlo del otro lado del lago. Cuando despertó, su familia ya no estaba con él. Nadó y nadó para encontrarlos, pero no logró mucho, su cuerpo aún era muy pequeño para la fuerza con la que la corriente lo arrastraba; se puso muy triste y se dio por vencido. Aparentemente.

   Estaba muy cansado y débil, y en un rinconcito de la orilla del lago, se puso a llorar. En eso, dos niñitas que paseaban cerca del lugar con sus padres, se acercaron al lago para curiosear. De pronto, vieron a Pez, estaba solo y muy triste. Les pareció que era el pez más hermoso de todos y preguntaron a mamá y a papá, si podrían llevarlo a casa; ellos, en seguida aceptaron. Afortunadamente.

   Del lado contrario del lago, los pescadores se alejaban con sus presas; ahí estaba la familia de Pez. Fue entonces cuando los padres de Pam y Sam (ese era el nombre de las niñitas), se pusieron contentos porque en su hogar Pez sería muy feliz y siempre estaría lleno de amor, y nunca, nunca, sería presa de nadie. Afortunadamente…

   Esa tarde, Pez despertó en el patio de la casa de su familia, después de un largo y profundo sueño. Se sintió afortunado de estar con esas personas, y nunca haber estado en peligro en un lago, lejos de sus padres y hermanos. Afortunadamente “Pez”, o mejor conocido como “Spunky”, sólo es el nombre del mejor de los perros.


Jessica Yazmín Alvarado Acosta

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