miércoles, 6 de febrero de 2013

Por favor, todo menos otra tarjeta de San Valentín

por Andrea Silva Martínez

Se acerca el Día del Amor y la Amistad y la invasión de las tarjetas de San Valentín ha dado inicio, se acercan sigilosas, sin hacer ruido alguno. Nos invaden vía terrestre. Somos atacados frontalmente por las clásicas tarjetas de Snoopy; nuestro flanco derecho es asediado por Bob Esponja y todos sus compinches; Betty Boop llega e intenta seducir a nuestras defensas por el flanco izquierdo y nosotros, en un intento desesperado de escape, huimos por la retaguardia sólo para enfrentarnos a Mickey Mouse y sus secuaces.

Hay tarjetas de todos los diseños y tamaños, con textos que van desde lo más empalagoso a los que intentan con desesperación arrancarle una risotada al lector, desde las tarjetas que buscan ser “poéticamente profundas” hasta aquellas cuya lectura simplemente nos hace decir: ¿En qué diablos estaba pensando el que escribió esto?

Sé que en este punto su indignación ha crecido a tallas monumentales al igual que la mía y que una pregunta araña su interior intentando salir: ¿Quién les ha permitido a Snoopy, Bob Esponja y a Los Paisajes Pintorescos poner palabras en nuestra boca? La respuesta es simple: nosotros.

Año tras año caemos en la trampa cuando necesitamos un regalo para un amigo o amiga, para un intercambio, para nuestra pareja o para un amor platónico recurrimos a ellas, a esas malditas traicioneras a quienes les hemos permitido sentirse dueñas de nuestros pensamientos y sentimientos. Hemos prostituido nuestra libertad de expresión a unos cuantos dibujos animados ¿Acaso hemos perdido las palabras? ¿Nos creemos incapaces de comunicar por nosotros mismos aquello que pensamos?

Este 14 de febrero luchemos sin rendición, sin tregua ni descanso. Mandemos a Mickey Mouse a la chingada y tomemos plena posesión de nuestras palabras. No lo niego será una tarea ardua, difícil y a ratos casi imposible (la verdadera expresión jamás ha sido ni será sencilla), la falta de práctica probablemente hará que los resultados tal vez no sean los mejores, sin embargo, finalmente, serán nuestros.

1 comentario:

  1. Yo tirando la tarjeta que te iba a regalar, jaja NTC... Me encanto el estilo! :)

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