jueves, 14 de marzo de 2013

Sobre demandas...

por Shòu Wáng (Pablo Zapata)
https://twitter.com/ShouBeast


“Nintendo pierde la demanda relacionada con las pantallas de 3DS”

“Nintendo es condenada a pagar 30.2 millones de dólares a Seijiro Tomita"

“Seijiro Tomita, de 58 años, es un veterano ingeniero con bastante experiencia en el sector de los videojuegos, sin ir más lejos, es un ex-empleado de Sony Corp. Según una demanda interpuesta en 2011, Tomita aseguró que Nintendo le robó la patente que hace funcionar la pantalla 3D sin gafas de Nintendo 3DS.” -Fabio Fraga Pigueiras.

Algo que probablemente ha estado molestando al progreso científico y tecnológico desde sus inicios ha sido el registro de patentes. Sin duda es difícil cuando se trata de atribuirle la invención de algo a alguien cuando hay dos personas de por medio demandando tal crédito. Pero ¿es válido el dicho de “cuando el rio suena es que agua lleva”? ¿No existe la posibilidad de que alguien esté jugando a “Pedro y el lobo”? Obviamente la hay, aunque es muy difícil comprobar en que casos se da uno u otra situación y es ahí donde lo mejor es reflexionar sobre la ambición, el oportunismo e incluso el error.
            La noticia principal habla sobre videojuegos, pero existen otros ámbitos en los que el tema es también tratado, por ejemplo, en la literatura el plagio es un tópico de mucho escándalo, sobre todo cuando se habla de tesis y artículos científicos. Pero también debemos recordar las ocasiones en las que un autor toma la idea de otro y la desarrolla de distinta manera y al final menciona al sujeto del aporte original. Algunos se burlan de situaciones como esa y dicen que “copiar de un autor es plagio, pero de muchos es investigación”, un punto de vista realmente estúpido.
            ¿Cuál es el problema entonces? Simplemente el método, tanto el arte como la ciencia partieron de algo muy pequeño, de una idea que fue ampliándose poco a poco gracias al pensamiento de otros y no se le puede llamar plagio (a menos que se quiera ser muy radical). Tal vez en el caso de Nintendo y las pantallas 3D fue justo el juicio (incluso si se piensa que el veredicto no lo fue) ya que la compañía se ha atribuido el título de “innovadora”, pero oculta a la prensa el desarrollo técnico de sus productos (aunque obviamente los registra). Es verdad que la transparencia del proceso puede ser riesgosa, sobre todo cuando alguien se quiere cuidar del tan temible robo de ideas pero, sinceramente, de ese modo se conocería de antemano quienes estaban trabajando en tal cosa desde un principio, quienes sólo hicieron lo mismo, y quienes en verdad contribuyen con algo, aun partiendo de una ida prima.

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