jueves, 11 de abril de 2013

Sixto Rodríguez: el mejor desconocido.



Eduardo Castillo
@EduardoCast09


Poco sé de música, de acordes, de sonidos treces, de liras u otros instrumentos musicales raros. Pero sobre todo, poco sé de artistas, del ámbito musical y del por qué algunos triunfan y otros no. Lo que sí me queda muy claro, es que esta acción “canonizadora” que delimita quién será escuchado en la radio y quién no, puede llegar a ser realmente injusta. Ante esto, existen críticas realizados por los mismos artistas, denunciando cierta “mafia” detrás de los escenarios, que decide quién sí y quién no. Un ejemplo claro es Calle 13 en su canción “Calma pueblo” (que además tiene cierta carga política). 

Pero en fin, la intención del presente texto no es para nada la de denuncia, aunque no estaría mal. Más bien, el reconocimiento a una de las voces más logradas, pero también más ignoradas en la década de los 70… al menos en Estados Unidos. 

Sixto Rodríguez, compositor y cantante, como lo describen páginas en la red, es uno de los personajes más míticos en la actualidad. Ya sea por “Searching for sugarman” (documental ganador del Oscar en su más reciente edición) o por sus conciertos en Sudáfrica, Rodríguez ha alcanzado por fin la popularidad que le fue negada cuando estaba en pleno auge creativo. Y es que, si bien en Estados Unidos no tuvo el éxito que los grandes productores de aquella época esperaban, en algunos países de Sudáfrica se convirtió en todo un ícono de rebeldía, llegando a ser censurado en algunas ocasiones. 

Para un territorio en el que la población ascendía a 4, 000, 000 de habitantes, el haber vendido medio millón de discos representaba todo un éxito. Pero, ¿qué pasó? A pesar de que los sellos discográficos de Sudáfrica estaban en contacto con la disquera que produjera a Sixto, y peor aún, a pesar de que le hacían llegar las regalías, éste nunca fue notificado de la popularidad que gozaba “cruzando el charco”. 

No fue sino hasta que dos seguidores de su música empezaron a rastrearlo que Sixto se enteró, y no fue sino hasta que dio sus primeros conciertos que disfrutó de la nobleza del ser escuchado por grandes públicos… O sea, no fue sino hasta hace un puñado de años que Sixto conoció lo que era el ser conocido por hacer lo que te gusta… música.

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