miércoles, 13 de marzo de 2013

ELIGO IN SUMMUN PONTIFICEM

por Jessica Alvarado

Que en latín quiere decir: Elijo en Sumo Pontífice. Única frase que está escrita en las papeletas que se entregan a los cardenales electorales, en donde cada uno de ellos escribió el nombre de su candidato predilecto a ser Papa. Ahora ya todo se ha dicho.

    Quien iba a imaginar el resultado de este 13 de marzo, cuando entre los favoritos figuraban el italiano Angelo Scola y el brasileño Odilo Scherer, sin dejar a un lado los rumores de la posible elección de un Papa de color; el favorito era Peter Turkson de origen africano. Sin embargo, en algún momento (aunque en menor proporción), se pensó en un mexicano: Francisco Robles Ortega; Presidente de la Conferencia Episcopal de México desde 2007.

   Finalmente, y después de tanta especulación, humo blanco sale de la chimenea y deja ver el resultado final, es así como la famosa frase termina por confirmar la tan grande expectativa: Habemus Papam. Se anuncia por fin al nuevo representante de la Iglesia católica: Jorge Mario Bergogli, de origen argentino; primer Papa hispanoamericano. Pero trae algo más con él: es jesuita.

   Inmediatamente que Francisco I (nombre que eligió Bergoglio para representarse a sí mismo) fue electo como el nuevo Vicario de Cristo, millones de comentarios se dieron a conocer por todo el mundo desde los principales medios de comunicación, principalmente por las redes sociales, en las cuales comenzaron tanto las favorables críticas y los acuerdos, como las críticas en contra de Francisco I. Esto a causa, sobre todo, tanto de su origen en la orden jesuita, como de su radical opinión en contra del matrimonio entre parejas del mismo sexo y el aborto.

   Lo cierto es que la decisión ya está tomada. Mucho se hablaba de la visión de los cardenales electores con respecto a elegir al correcto, es decir, cuál sería el perfil adecuado para el nuevo Papa; las opciones principales eran dos: el gestor que ponga orden en el Vaticano o que sea un pastor carismático capaz de inspirar a los fieles en tiempos de crisis. Lo ideal sería que encontrara un punto medio entre una opción y la otra, es decir, una combinación de ideas que lograra el bien común entre Iglesia (como institución) y fieles.

   Francisco I es latino, el primer Papa hispanoamericano y ahora también, la persona que está al frente de la Iglesia católica. ¿Estamos de acuerdo con esta decisión, sí o no? Sólo hay que recordar que para opinar objetivamente, hay que buscar ser precisamente eso, objetivos más que viscerales.

   En mi opinión, pienso darle la oportunidad y dármela a mí claro, de conocer su punto de vista, posturas, visiones y soluciones a las situaciones actuales por las que el mundo y/o la religión están pasando. Pero algo sí tengo bien claro, no voy a dejarle todo ni a él, ni a la Iglesia, ni a los demás; empezaré por mí, sólo es así como tendré el derecho de exigir y deliberar mi crítica.

   Habemus Papam y a ver qué pasa…

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